
Introducción
A diferencia de los barcos impulsados por hélices que básicamente apunta y acelera, los veleros a radiocontrol presentan un desafío interesante. La navegación requiere una reacción constante a los movimientos del agua, cualquier ráfaga de viento y cualquier cambio en la dirección del viento. Estas reacciones requieren de un ajuste del timón y de las velas para encontrar el mejor curso posible. No hay sustituto para la experiencia real «en el agua» y después de sus primeras salidas es posible que desee leer este artículo nuevamente para ayudarlo a comprender mejor el «arte» de la navegación. Mientras aprende a navegar, es una buena idea aprender la mayor cantidad posible de terminología de navegación. Esto facilitará la comprensión de algunos aspectos del deporte.
Cómo navegar a vela?
Que una vela haga avanzar el velero depende del ángulo que hay entre esta y el viento. Una vela puede estar flameando como una bandera o estar totalmente acuartelada (encarada al viento). A menudo, ni una cosa ni la otra hacen avanzar bien el velero. De hecho, es como regular la apertura de una puerta por donde pasa una corriente de aire.
La norma dice que una vela tiene que estar expuesta al viento hasta el punto que empiece a flamear, es decir, ni demasiado cerrada -demasiado cazada-, ni demasiado suelta –filada-. Los veleros actuales, en cambio, pueden aprovechar la fuerza del viento para navegar en casi todas direcciones con la excepción de un sector de unos 90º en contra del viento.
Así, según de donde venga el viento se puede hablar de los siguientes rumbos:
Cerrados:
- Ceñida: cuando el velero navega a 45º respecto la dirección del viento. Este rumbo se puede hacer por ambas bandas recibiendo el viento por la amura de estribor o de babor del velero. Un velero pues, puede ir contra el viento a base de navegar haciendo ziga-zagas de forma que vaya girando entre tramos en que recibe el viento por estribor y después por babor.
- Través: cuando el velero recibe el viento por su través, de lado o perpendicular, la proa forma un ángulo de 90º respeto la dirección del viento.
Abiertos:
- Través: cuando el velero recibe el viento por la aleta, con un ángulo de 135º entre la proa y el viento.
- Popa: cuando el velero recibe el viento por la popa, con un ángulo de 180º entre la proa y el viento, las velas se abren ofreciendo una pantalla de máxima superficie.
En cada rumbo, como que el ángulo entre la vela y el viento es diferente, el punto idóneo de exposición o cazado varía. Todas estas operaciones de cazar y filar requieren de mucha precisión del timonel a cargo del transmisor del radiocontrol. Por esta razón se usan unos pequeños motores eléctricos llamados servos, que gracias a un sistema de engranajes y electrónica permiten maniobrar el velero.
AVISO IMPORTANTE
- Solo navega tu velero en espejos de agua inmóviles. Nunca lo navegue en aguas con corrientes como ríos o mareas. ¡Si pierdes el control del barco, podrías perderlo para siempre!
- Nunca intente nadar para rescatar su velero si se encuentra estancado o atascado. Espere pacientemente a que el velero llegue a tierra o sea rescatado.
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